Momentos difíciles
13:16
escuche el tema de hoy
Nancy Ramirez -no te rindas
Dios anhela edificar en nosotros una fe tan fuerte como el acero y tan sólida como una roca. Y lo llevará acabo por medio del fuego de la aflicción. ¿Para qué? Para ponerle a prueba. La fe que no puede ser probada, no es fiable. Los tiempos en los cuales crecemos más no son cuando todo marchaba bien. Las ocasiones cuando sufrimos pesares, presiones, y problemas son los tiempos de nuestro crecimiento en Cristo, ¿verdad?
Alguien escribió estas palabras: “Caminé una milla con el placer, y me platicó todo el camino. Mas a pesar de todo lo que dijo no aprendí más sabiduría. Caminé una milla con el pesar y ni una palabra dijo. Pero cuánto aprendí cuando el pesar caminó conmigo.”
Nuestros tiempos modernos reclama personas que definitivamente lloren poco. Exclamaciones populares pueden alegrar dichos como: “llorar es de débiles”, “que importa, sigue adelante” “debes ponerte fuerte”.
El mundo de nuestros días, nos dice: “reíd, y el mundo reirá contigo, llorad, y lloraréis a solas”. Pero que gran misterio el de Cristo, declarando con toda potestad divina: Los que lloran recibirán consolación.
Llorar, en el sentido más espiritual al que Jesús se refiere, significa sentir un dolor profundo, una gran preocupación por nuestro estado pecaminoso, un gemido indecible por nuestra desesperación. Son lágrimas y lloro que salen del corazón abatido por un pecado, por un mal, por una angustia existente, en lo más profundo del alma.
Estos que lloran serán aquellos que anhelan vivir la vida en un plano más superior, no están en el vulgo, y en la corriente que arrastra a todos. Ellos son más sensibles al dolor interno de sus vidas, y por ende son también más sensibles a las necesidades y a los problemas del prójimo.
Antes de ser fuertes, debemos reconocer que somos débiles, antes de alcanzar sabiduría debemos entender que somos tontos, antes de confesar nuestros pecados, tendremos que llorar amargamente por ellos.
Si sufres por causa de tus problemas pues siéntete bendecid@ ya que Dios está obrando en ti, no te rindas ya que al final el se sentirá orgulloso de tu Valentía
Nancy Ramirez -no te rindas
Dios anhela edificar en nosotros una fe tan fuerte como el acero y tan sólida como una roca. Y lo llevará acabo por medio del fuego de la aflicción. ¿Para qué? Para ponerle a prueba. La fe que no puede ser probada, no es fiable. Los tiempos en los cuales crecemos más no son cuando todo marchaba bien. Las ocasiones cuando sufrimos pesares, presiones, y problemas son los tiempos de nuestro crecimiento en Cristo, ¿verdad?
Alguien escribió estas palabras: “Caminé una milla con el placer, y me platicó todo el camino. Mas a pesar de todo lo que dijo no aprendí más sabiduría. Caminé una milla con el pesar y ni una palabra dijo. Pero cuánto aprendí cuando el pesar caminó conmigo.”
Nuestros tiempos modernos reclama personas que definitivamente lloren poco. Exclamaciones populares pueden alegrar dichos como: “llorar es de débiles”, “que importa, sigue adelante” “debes ponerte fuerte”.
El mundo de nuestros días, nos dice: “reíd, y el mundo reirá contigo, llorad, y lloraréis a solas”. Pero que gran misterio el de Cristo, declarando con toda potestad divina: Los que lloran recibirán consolación.
Llorar, en el sentido más espiritual al que Jesús se refiere, significa sentir un dolor profundo, una gran preocupación por nuestro estado pecaminoso, un gemido indecible por nuestra desesperación. Son lágrimas y lloro que salen del corazón abatido por un pecado, por un mal, por una angustia existente, en lo más profundo del alma.
Estos que lloran serán aquellos que anhelan vivir la vida en un plano más superior, no están en el vulgo, y en la corriente que arrastra a todos. Ellos son más sensibles al dolor interno de sus vidas, y por ende son también más sensibles a las necesidades y a los problemas del prójimo.
Antes de ser fuertes, debemos reconocer que somos débiles, antes de alcanzar sabiduría debemos entender que somos tontos, antes de confesar nuestros pecados, tendremos que llorar amargamente por ellos.