La esperanza cierta
13:39
En ocasiones acostumbro mirar atrás para recordarme que la única esperanza cierta que he tenido es Jesús. Hoy en día mi vida está en orden y camino en la perfecta voluntad de Dios, pero hubo un tiempo en el que todo estaba perdido. Pero Él apareció, y desde ese momento se convirtió en mi única esperanza.
Jesús jamás falla. Él nunca se rinde, y cuando todo está en contra Él siempre te libra. Cuando todo está obscuro Él alumbra y no permite que te pierdas. Cuando parece que todo está perdido, es cuando Él actúa.
Él es fortaleza cuando la debilidad está presente en tu vida. Él es quién pelea la batalla cuando se han terminado tus fuerzas. Él está determinado a darnos solamente lo mejor para nuestras vidas. Él es el valor que necesitas cuando la cobardía te ha robado lo que te pertenece. Él es la buena noticia en una vida que ha sido golpeada. En Él está el poder para hacer pedazos tus enemigos. En Él está la santidad que necesitas para que la vida fluya verdaderamente en ti. En Él están los sueños que un día alguien te quitó.
La esperanza cierta tiene nombre y solo en su nombre hay salvación. La esperanza cierta de toda alma se llama Jesús. Él libra del temor y las tinieblas tiemblan ante su nombre.
En la sangre de Jesús hay salvación, en su sangre poderosa hay libertad, y todo aquel que sea lavado por ella tendrá perpetua paz. Su Cruz da un nuevo comienzo a todo aquel que le reconozca cómo su única esperanza.