¿Soy un Enemigo?
20:43Si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. – Romanos 5:10.
Os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
– 2 Corintios 5:20.
¡Qué sorprendente pregunta! Soy un ser humano de paz, no tengo enemigos; estoy muy seguro de que nadie me considera su enemigo. Sin embargo, prestemos atención, porque la Palabra de Dios no habla así. En la esfera espiritual no hay neutralidad posible: o estoy con Dios o estoy contra él. Si pienso ser neutro, es porque no conozco a Dios. La Biblia va más lejos todavía: afirma que todo hombre es enemigo de Dios por naturaleza.
Si trabajo en una gran empresa sin tener en cuenta las orientaciones tomadas por la dirección, en realidad no sirvo a los intereses de dicha empresa. ¡Cuánto más cierto es esto si a los intereses de Dios se refiere! Si no vivo conforme a lo que él desea o lo que ha pedido, en realidad me opongo a él. ¡Entonces, quizás inconscientemente, soy su enemigo!El que lee estas líneas y no ha acudido a Jesús, quizá sin saberlo está opuesto a Dios. Se puede ser cortés, amable, culto, honesto, moral e incluso religioso, y sin embargo ser enemigo de Dios. Jesús es el único camino para reconciliarnos con Dios. Sólo por medio de él aprendemos a conocer a Dios como Padre.
¡Qué temible pensamiento ser enemigo de Dios! Por eso le suplicamos que considere el juicio divino, pero ante todo el amor de Dios y la felicidad que él otorga. ¡Acuda a Jesús ahora, tal como está! Esto le dará la seguridad eterna. Y será su amigo.